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  • Silvana Navarro-Hoyos

Folklorismo y artesanía


Folklorismo y Artesanía, Silvana Navarro-Hoyos

Una buena parte de las diversas manifestaciones de la cultura tradicional, de ser exponente de una manera de vivir, paso a ser instrumento de la nueva sociedad tipo urbano, asignándole usos estéticos, comerciales y sobre todo ideológicos. El folklorismo nos muestra de que manera nuestra sociedad actual ve y entiende su tradición perdida.

El folklorismo es el interés que siente nuestra actual sociedad por la denominada “Cultura popular” o “tradicional”. El interés se puede manifestar de forma activa (cuando el espectador tiene una predisposición positiva a la cultura popular) o pasiva (cuando la actitud intenta reproducir fuera del contexto original, espacio – tiempo – función)

El folklorismo intenta dar un uso concreto a la tradición que puede ser de índole estética, comercial o ideológica y está presente en cualquier ámbito de la cultura tradicional: la música, la indumentaria, la arquitectura, la literatura, las fiestas, los hábitos culinarios.

Algunos experto acuñan la terminología “Cultura popular de segunda mano”, para referirse a los productos folklóricos que, procedentes de una tradición concreta, han sufrida una cierta transformación para adaptarse a los gustos y necesidades de un público de sensibilidad predominantemente urbana.

“El folklorismo es un medio de expresión de la etnicidad y constituye, por ello, un recurso obligado de las minorías étnicas con reivindicaciones políticas”[1]

El folklor es vivencia y el folklorismo es vivencia de una vivencia, desde ese punto de vista podríamos decir que el folklor sigue la línea ininterrumpida de la tradición, mientras que el folklorismo se caracteriza por su discontinuidad.

El folklorismo se manifiesta en diferentes niveles

  • Nivel de ideas, actitudes y valores, que podemos incluir bajo el concepto globalizador de “base tradicional”

  • Nivel de producto, es decir todas aquellas unidades formales o relaciones concretas que podemos constatar en el folklore, materiales o inmateriales.

  • Actualización que en un momento y lugar determinado se hace de aquel producto tradicional (dándole por lo general una lectura diferente)

A partir de la toma de conciencia generalizada de la existencia de la cultura popular, de su perdida y del deseo de recuperarla, el folklorismo se manifiesta de manera plena.

Por definición el folklore se ocupa de la cultura denominada “popular” en el sentido de “tradicional”.

No se pude concebir una cultura “culta” y otra “popular”, como si estas estuvieran enfrentadas, se puede hablar de la misma cultura que cambia de características según se amolde a diferentes realidades y subgrupos humanos de una sociedad en general que la ha creado. Sin embargo existen problemas en su definición por dinámicas como la creación, difusión y reproductibilidad.

En el campo del Folklore, aquello que nos define la cultura popular, más que el producto en sí, son los elementos accidentales que lo acompañan: anonimato, tradición oral, existencia de variables, pertenencia a un ámbito geográfico determinado, una cierta funcionalidad expresa.

Una de las características que tradicionalmente se ha otorgado al producto folklórico para poder ser considerado “genuino” es la de su antigüedad, esta tendencia a conferir a un cierto esteticismo que evita reconocer sus posibilidades de cambio que posee como hecho cultural.

Un producto puede ser popularizado, pero no es popular, por eso es preciso que el tiempo le dé el carácter, que la tradición sancione.

El tradicionalismo constituye otro elemento importante al hablar de folklorismo. Si folklor es tradición, es decir, aquel acto de transmisión espontaneo del cual no se es consiente porque no es racionalizado y que conserva contenidos culturales de forma dinámica, folklorismo es tradicionalismo: la presentación consiente e intencionada de contenidos culturales pertenecientes al pasado con finalidad expresa de conservarlos o recuperarlos.[2]

La etnicidad es otro de los valores que constituyen el folklorismo, con ello se alude a la conciencia de pertenencia a una etnia determinada, y es este elemento el que le da instrumentalización nacionalista.

El producto folklórico también es ligado a aun ámbito geográfico determinado, Este hecho es ajeno a la dinámica propia de la cultura tradicional antes de su folklorización, ya que mediante procesos de difusión, puede ser asimilada y adaptada por diversos grupos receptores de diferente filiación étnica y pasar a formar parte, por tanto, de su legado cultural.

Las creaciones folkloristas, aunque puedan saltar las barreras culturales, no perderán ya su etiqueta topográfica de origen, y la nueva comunidad receptora las verá siempre como un legado cultural ajeno. El folklorismo fomentara la difusión de una manifestación cultural dada dentro de los límites de aquel territorio con el cual aquella se identifica. Por otra parte, este mismo folklorismo servirá de freno para su expansión natural más allá de estas fronteras.

El folklorismo es ideología, no hallaremos tan solo elementos culturales preferidos sino que también los habrá proscritos y perseguidos. Así podremos ver por una parte los que intentan conservar ciertos elementos, y por otro lado rechazo a todo lo que se considera nocivo y se desea por tanto desterrar (elementos externos)

Desde el punto de vista de la procedencia de la cultura objeto del folklorismo se puede hablar de “exofolklorismo” (exotismo, fascinación por aquello que es exótico) y “endofolklorismo” (interés por descubrir las propias raíces culturales).

La artesanía, esta sin duda incluida dentro del folklore y el folklorismo y aunque ha sido bien aceptada y apropiada por diferentes sociedades, existen algunos paradigmas que la mantienen distante, que hace que se tenga un imaginario de que estas son un hecho rural, campesino o indígena y que puedan llegar a ser una mirada nostálgica al pasado. Así encontramos:

  1. La artesanía como residuo histórico: Cuando se asocia exclusivamente a una actividad que funciona como memoria de nuestros orígenes e hibridaciones culturales, explicando las culturas indígenas y los procesos de colonización.

  2. La artesanía como folklore: cuando se asocia exclusivamente a una actividad que funciona como representación del conjunto de tradiciones, leyendas y costumbres de los pueblos como entidades étnicas, y que se consume como algo exótico.

  3. La artesanía asociado al subdesarrollo: Los modelos que vienen de los países en desarrollo se consideran siega y erradamente como los modelos a seguir, por ello, la artesanía sufre criticas y deterioros a causa de ideologías colonas, consumistas y globales, que al no comprender su verdadero rol, la tachan de expresión inculta, vernácula, primitiva, mal elaborada, impertinente y símbolo de lo mal hecho, todo para satisfacer el insaciable apetito económico de lo global.[3]

De forma generalizada se ha podido integrar la artesanía como parte del folklore, pero no se le ha podido dotar de su carácter de cambio y adaptación. Si la artesanía es parte de la cultura, y esta cambia y adapta de acuerdo a las características de las personas, del espacio y del tiempo, ¿tiene la artesanía este mismo comportamiento?

A mi parecer encontramos tanto tendencias estáticas como dinámicas en el proceso, no es el momento de juzgar cual es la mejor o hacia donde van los proceso, lo que se si se puede ver es su carácter de transformación y adaptación, al ser una expresión que se encuentra entre los estético y lo utilitario.

Abordaremos ahora algunos aspectos del producto folklórico, estos aspectos generales se pueden ver reflejados en el producto artesanal.

[1] Josep Martí, El folklorismo, uso y abuso de la tradición. P 22

[2] Diferenciación entre tradición y tradicionalismo, Max Peter Baumann.

[3] Artesanía Urbana, Producto latinoamericano con Identidad. Mauricio Sánchez Valencia y Julio Suarez Otálora. Universidad Jorge Tadeo Lozano, Bogotá, Colombia.

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