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Silvana Navarro-Hoyos

Folklore y Cultura Popular


Folklore y Cultura Popular, Silvana Navarro-Hoyos

Los términos folklore y cultura popular son normalmente asociados y es difícil definir que es cada uno y sus límites. Exploraremos algunas de sus definiciones para darnos cuentas que estos términos son sobre todo complementarios.

En los folkloristas tradicionales, hay cierto acuerdo en definir folklore como el estudio de determinados grupos arcaicos dentro de la sociedad global. Así el folklore ha sido entendido como el conjunto de manifestaciones artísticas y técnicas del pueblo (incluyendo sus creencias, expresiones rituales y “supersticiones”). En muchos casos se ha considerado como “supervivencias” (entendido como elementos aislados, no funcionales, que se mantienen por una especie de inercia en una cultura que había cambiado sus estructuras formales y que por lo tanto no tenía un lugar lógico para ello) de épocas pasadas, que permiten pensar como pensaban nuestros antepasados.

El folklore, también alude a sus contenidos y se habla de el a través de sus técnicas de transmisión, manteniendo, reuniendo, conservando y reinterpretando elementos culturales construidos por un colectivo. La enseñanza se realiza de forma directa, fuera de la enseñanza oficial y de la difusión escrita. Con frecuencia el folklore es resultado de malas lecturas de las interrelaciones, pero lo hace porque estas expresiones se han recubierto de un nuevo significado, es decir que han adquirido una nueva funcionalidad (Expresiones u objetos folklóricos).

La cultura popular por su lado estudia aspectos propios de grandes sectores de población tanto urbana como rural, intenta captar la cultura como un todo y entender el funcionamiento actual de las configuraciones culturales. Los científicos sociales como Kroeber consideran que la cultura es un conjunto de normas y reglas, generadas socialmente y no una esencia que se materializa en determinadas actividades. Otras definiciones consideran la cultura como un conjunto de disposiciones adquiridas por aprendizaje (escuela de cultura y personalidad) o incluso como la medida estadística de las conductas de sus agentes (ecología cultural).

La cultura popular es un fragmento, incluido (y muchas veces opuesto) a una unidad de cultura mayor.

Octavio Paz propuso una clasificación (arte culto, arte de consumo y artesanía) que puede extenderse a la cultura, así se entendería por cultura popular, la basada en relaciones cara a cara, organiza áreas definidas de sus relaciones sociales y de sus intercambios con el medio; responde a especificaciones locales (o al menos, de mayor extensión que las de la cultura dominante); es una cultura desvalorizada, propia de aquellos que no detentan el poder, de las clases subalternas; carece de poder de decisión para establecer normas fuera de su limitado ámbito, y aun dentro de éste sus elaboraciones sufren la confrontación (muchas veces desfavorable) con las que proviene de la cultura oficial; tiene cierto nivel de organización propia (por eso puede ser considerada cultura), pero si funcionamiento está constantemente expuesto a ser re – definido o manipulado según los intereses de la cultura mayor (por eso es popular o subalterna).

Solo se puede hablar de cultura popular en contraposición a otro concepto el de cultura, que le sirve de punto de referencia. Se trata de definir una interrelación y no un elemento autónomo.

Con el desarrollo de la modernidad y el mundo globalizado en el cual vivimos toda se ha vuelto más completo, por un lado por los medios de comunicación (televisión, radio, internet, prensa entre otros) que difunden información a la que la mayor parte de los habitantes tenemos acceso y por otro lado, al cambio de contexto y por ende de función que pueden llegar a tener los “objetos populares”. El éxito de la denominación de cultura popular radica en su capacidad para reunir a grupos diversos (relaciones con lo étnico, relación de producción, relaciones de ámbito geográfico, etc.), que se consideran subalternos, y dar una identidad compartida y es justamente esto lo que hace difícil su delimitación.

Nos encontramos en una época que reformula las relaciones entre tradición y modernidad, entre formas locales de sociabilidad y las que promueven las nuevas tecnologías.

En la actualidad cultura popular y folklor se unen de forma hibrida, para dar paso a lo que se conoce como popular.

Los estudios folklóricos latinoamericanos, estuvieron ligados, a la formación de la conciencia nacional, sirvieron para definir el lugar de los sectores populares en el desarrollo de cada país y de los propios intelectuales que se ocupaban de conocerlos. Era común el no reconocer el influjo que se realizaban entre si las diferentes sociedades (grupos culturales). Es justamente el folklorismo lo que puede reafirmar la cultura popular pero no por sí misma, sino acompañada de las formas de producción y comunicación actuales.

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